6 de abril de 2010

Capítulo 4.

Cosas de chicas.

- Hola -dijo una voz dulce.
- Hola -contesté amablemente.
- Me llamo Janet -dijo mientras se acercaba hacía mí-,y tengo 12 años, pero dentro de poco cumplo 13. ¿Cómo te llamas tú? -preguntó mientras daba un salto y se tiraba en la cama, a mi lado.
- Me llamo Judith -contesté con una sonrisa.
- ¿Cómo estás? Mike me ha contado lo de anoche. ¿No te has hecho mucho daño verdad? Se le veía preocupado. Se preocupa por todo, es el mejor hermano del mundo. ¿Le has oído cantar? ¿Has visto que voz tan bonita tiene? A mí me canta para que me duerma. Seguro que también le gustaría cantarte a ti. Le encanta hacerlo, a todas horas.
Me eché a reír. Parecía que me le estaba vendiendo.
- ¿Todavía no te ha cantado nada?
- No, todavía no -dije con una sonrisa.
- Seguro que no le importa, de verdad.
- Seguro.
- ¿A quién llamas? -contestó intrigada al verme con el teléfono en la mano.
- Um... A John.
- ¿Quién es John?
Lo pensé durante unos segundos.
- Mi novio -sí, supongo que se podría llamar así.
- Oh -contestó. Parecía desilusionada.
- ¿Ocurre algo?
- No... Bueno... Es que pensaba que quizá Mike y tú podríais ser novios. Él nunca he tenido una novia.
Rompí a reír con fuerza. Así que sí era eso, me lo estaba vendiendo.
- ¿Te ríes de Michael? ¿No te parece guapo?
- No, no. Por supuesto que no me río de él. Y claro que es guapo.
- Seguro que tú a él también le pareces guapa.
- ¿De verdad nunca ha tenido novia? -eso sí que no me lo creía.
- No, nunca. ¿A qué tú tampoco lo entiendes?
Pues no, la verdad es que no lo entendía.
- Bueno -dije-, no te preocupes. Seguro que tarde o temprano tendrá una novia tan guapa y tan simpática como es él.
En ese momento se abrió la puerta, y apareció Michael, que se asombró al ver a Janet aquí.
- Janet, no molestes.
- No, no molesta. Es muy agradable, de verdad.
- ¿De qué hablabais? -preguntó.
- Cosas de chicas, Mike -contestó Janet, mientras se ponía de pie, y se acercaba a su hermano-. Yo me voy ya, no te preocupes -dijo mientras le daba un beso y le guiñaba un ojo-. ¡Hasta luego, Judith!
Echó a correr, cerrando la puerta tan rápidamente como pudo.
- Siento si te ha molestado.
- Para nada, de verdad. Es encantadora. Habla más que yo, y mira que es difícil -le dije riéndome.
- Entonces, ¿te apetece ir a dar una vuelta por el jardín? Si has hecho ya las llamadas que querías hacer, claro.
- ¡Sí! Me encantaría -dije, sin pensármelo dos veces. John podría esperar... Tendría que esperar.

2 comentarios:

  1. Que cuuuuteee!!! ¡Damita apareció!
    Me encantaa... *w*... espero sigas así.. sigue cultivando tus dones, y nos sigas regalando tus frutos! ♥

    ResponderEliminar
  2. Tu historia es simpática :-), me gusta.

    Moonwalker-Jacksonera50

    ResponderEliminar