14 de abril de 2010

Capítulo 15.

Y ahora, ¿qué?

Decir que lo que menos me esperaba era que John apareciera, era cierto. Y decir que era lo último que deseaba, más cierto aún.
- Hola.
Me quedé clavada en la puerta, sin ninguna intención de dejarle pasar. No quería que viera a Michael porque sabía la que se podía montar.
- ¿No vas a dejarme entrar?
- No, John. Dime qué quieres.
Lo supo. Supo que Mike estaba ahí en cuanto dije eso. Levantó la cabeza y entonces le vio, paseando por el salón, tirando el cojín para arriba, como un niño pequeño. Me echó a un lado y entró.
- Así que era eso -dijo, mientras avanzaba hacia el salón. Michael le miró, observó mi expresión y dejó el cojín en el sofá. No era momento de jugar. John se dirigió a mí-. Por esto no me dejabas pasar, él estaba aquí -volvió a mirar a Michael de nuevo-. Bueno, encantado. ¿Eres tú el que me ha robado a mi chica?
- John... Para. Y vete.
- No, no me voy a ir -me amenazó y se giró para volver a mirar a Michael-. ¿Te da más morbo en su cama y por eso venís ahora aquí?
- ¡John! Cállate, y lárgate.
Michael permanecía quieto. No hacía ningún gesto, pero tampoco le tenía ningún miedo. Sabía que si en algún momento John decía algo dañino, Michael no se iba a callar.
- ¿Y cuando te vas a cansar de jugar con ella? Lo digo para saber cuando voy a volver a tenerla. Los artistas sois así, supongo. Un día una, otra día otra... Las enamoráis y las dejáis tiradas. Dime, ¿cuánto tiempo más crees que te gustara llevártela a tu cama?
Su voz mostraba enfado, un total enfado. En cualquier momento se iba a poner a dar voces y no podía permitir que le hiciera eso a Michael. Él no había hecho nada. Le agarré del brazo y tiré de él hacia la puerta. Me apartó y continuó mirando a Michael con un total desprecio. Comencé a llorar, de rabia, de impotencia. ¿Por qué tenía que estar pasando todo eso?
- No estoy jugando con nadie -fue todo lo que Michael dijo.
- ¿Ah, no? Es decir, de verdad estás interesado en ella. Entonces, ¿eres tú el juguete en esta relación? Ten cuidado, llegará uno con más nivel que tú y se irá con él. Es lo que tienen las niñas caprichosas, supongo.
- John, por favor, para...
- ¡¡No, no voy a parar!! ¿¡Crees que me iba a quedar de brazos cruzados!? ¿¡De verdad creías que...!?
Comenzó a dar voces, pero no quise escucharlo. Mi cabeza daba vueltas y vueltas. Las lágrimas caían por mi cara, sin ninguna posibilidad de pararlas. Cuando acabó de darme voces a mí, comenzó con Michael. Cada vez se acercaba más a él y yo era incapaz de moverme para ponerme entre ellos. No sé cuántos minutos pasaron hasta que John dejó de montar el numerito, sólo sé que Michael permaneció callado y la única vez que habló, lo hizo para echarlo.
- No lo vas a hacer. Porque si lo haces, entonces yo te denunciaré a la policía.
No sé de qué habían hablado, pero al escuchar esas palabras, John se fue. Tal como había venido, se fue. Y Michael y yo nos quedamos solos, cada uno a un extremo de la casa.
Yo seguía llorand, y él se acercó a mí, y me rodeó con sus brazos.
- Lo siento... -conseguí decir.
- No pasa nada, pequeña. No pasa nada -y me abrazó más fuerte.
- Sí, sí pasa -di dos pasos hacia atrás, apartándome de él y deshaciendo el abrazo-. Sí pasa porque tú no mereces esto -comencé a decir, nerviosa. Muy nerviosa. Las palabras se me trataban y las lágrimas corrían cada vez más deprisa-. No mereces que ese te grite, ni siquiera que te mire. No mereces haber pasado por esto, todo esto es solo mi culpa -comenzó a acercarse a mí y me cogió de la mano. Intentó hablar, pero le callé-. No, no digas nada, nada Michael. ¡Nada! Te he metido en todo esto, y tú no tienes nada que ver. No deberías volver, no deberías hablarme, no deberías ni...
- Calla, calla... -me volvió a abrazar.
Me separé de él, de la misma forma en que lo había hecho antes, pero el me sujetó por la cintura, y se acercó más a mí. Nuestros labios quedaron a solo unos milímetros y sin saber muy bien lo que hacía... Le besé.
Presioné mis labios contra los suyos y él no se apartó. Le cogí la cabeza y le atraje aún más a mí.
Fueron solo unos segundos, los mismos que me hicieron falta para ser consciente de lo que acababa de hacer y arrepentirme.
Me retiré y me apoyé contra su pecho, sin dejar de llorar, ahora por varios motivos. El me abrazó aún más y comenzó a acariciarme la cabeza.
Me sentí decepcionada conmigo misma por no haber sido capaz de controlarme, de controlar todo aquello que con tanto cuidado había conseguido ocultar durante estos días. Dejé de ser dueña de mí misma durante solo unos instantes y probablemente esos segundos habían condicionado mi relación con él.
La decepción dio paso a la preocupación, a la duda. Quizá, después de aquello, nada volvería a ser lo mismo...
Con esa idea dolorosa en mi cabeza, comencé a llorar más y me alejé de él. De nuevo deshice el abrazo entre nosotros y le esquivé para irme al sofá, donde me tumbé boca abajo, derramando todas mis lágrimas sobre un cojín.
Pude oír sus pasos acercándose, para después agacharse y colocarse a la altura de donde yo estaba. Como antes, comenzó a acariciarme la cabeza y buscó mi mano, para agarrármela con firmeza. Me hizo darme la vuelta e incorporarme. Su mirada buscaba la mía, pero yo evité cualquier contacto con sus ojos y bajé la cabeza por completo. Se sentó a mi lado, apoyándose contra un brazo del sofá y me echó hacia atrás, colocándome en su pecho. Allí, continué llorando.

Eran las 4 de la tarde y seguíamos en ese sofá, pero no habíamos hablado ni una sola palabra. Lo único que el había hecho fue abrazarme, abrazarme todo el rato. Yo había dejado de llorar hacía mucho, pero no me sentía con fuerzas de mirarle a la cara.
Cuando Lorena llegó de trabajar, Michael cuidadosamente me dio un beso en la cabeza, se retiró de mí y se fue, sin decir nada. Sentí un gran vacío, un enorme vacío. Comencé a llorar de nuevo y solo fui capaz de calmarme cuando estuvimos todas juntas.
Las conté lo sucedido con John y como me sentía tremendamente culpable. Esa culpa se volvió aún mayor mientras se lo explicaba e hice unos enormes esfuerzos por no llorar de nuevo.
- ... Y entonces le besé.
- ¿¡Que le besaste!? -dijeron las tres, a coro.
- Sí... -respondí, nada orgullosa.
- ¿Y él que hizo? ¿Se apartó?
- No...
Las tres callaron y pude ver una sonrisa en sus rostros.
- ¿Te dijo algo?
- No me ha vuelto a decir nada desde que lo hice...
Sus sonrisas desaparecieron.
- ¿Te devolvió el beso?
- No...
Silencio de nuevo. Todas comenzaban a comprender el por qué de mi interminable llorera.
- Bueno, se quedo contigo todo el tiempo, ¿no? No creo que las cosas hayan cambiado, Judith. De verdad, no te preocupes -comentó Marina, quitando importancia al asunto.
- No lo hizo por eso, lo hizo por no dejarme sola. No me dijo nada, ni la más mínima cosa salió de su boca.
Enmudecieron de nuevo durante unos minutos
- Y ahora, ¿qué va a pasar?
Desconocía completamente esa respuesta.
Posiblemente Michael estaba pensando que solo me había acercado a él para conseguir lo que cualquier chica hubiera querido: una relación con alguien rico y famoso. Entonces, evidentemente, no querría volver a verme.
La simple idea de no volver a disfrutar de su compañía era grandes puñales que se clavaban uno a uno. Es cierto que sentía algo más que amistad por él, pero no estaba disconforme con lo que había entre nosotros. Había aprendido a aceptar que él nunca me vería como nada más y era realmente feliz por la relación que nos unía.
Ha decir verdad, en el fondo, tenía un rayo de esperanza. Algo me decía que quizá Michael había comprendido lo muy nerviosa que estaba y que no cambiaría nada entre nosotros. Olvidaríamos este episodio y seguiríamos viéndonos como habíamos hecho hasta ahora.

El paso de los días sin noticias suyas sepultó esa esperanza totalmente...

6 comentarios:

  1. absolutamente.....perfecto :)
    (acertaste)^^
    te quieroo

    Nana *.*

    ResponderEliminar
  2. Ummmmmmm, me gustooooooo

    ResponderEliminar
  3. *o* increible!

    solo que ese john tenia qe irse, y que no vuelva!

    q asco!!!! grrrr :@

    pero me encanta la historia ^^

    increible de nuevo ^^

    sigue sigue!!!


    =)

    sara.

    ResponderEliminar
  4. aaaiinss...pero no lo dejes asi!!!

    yaa estaa john incordiando..pf!

    pero son tan moonoos^^

    continuaa..!! :)

    paolii95:P

    ResponderEliminar
  5. Ay q PEDAZO DE HISTORIÓN coñ..!!! continua xq yo no puedo star ni un dia mas sin leer esta historia... Ay madre q lo besaste y sq encima lo dejas en la mejor parte.. q intriga... un beso

    ResponderEliminar
  6. :O

    pero porque? porque michael no dijo nada? aii..que intrigaa!!!

    tienes que subir capi nuevo pronto, y asi resolver dudas liberian... :)

    paoolii95! :D

    15 de abril de 2010 19:19

    ResponderEliminar