8 de julio de 2011

Capítulo 51.

Celos.

Total, que allí estaba yo. Por un lado deseaba desaparecer y así evitar ver como la estupenda Natalie seguía sonriéndole a mi estupendo novio, algo que me ponía de los nervios y que sin embargo no parecía importarle excesivamente a Michael, que la contemplaba demasiado entusiasmado. Estaba convencida de que si pasaban dos horas más juntos, acabarían casándose al día siguiente. ¿Estaba exagerando? Quizá un poco, pero por si acaso… No pensaba moverme de allí. Y si la chica-diablo tenía alguna intención con Michael tendría que vérselas primero conmigo.
- Judith, querida, ¿te importaría acompañarme a darle un par de instrucciones a las cocineras? –sonrió Kate.
Genial. No podía negarme, pero tampoco me agradaba la idea de dejar allí solo a Michael. Le miré como esperando que me pidiera a través de esos ojazos, o de algún gesto, o de telepatía si era necesario, que me quedara. Pero él la miraba a ella. Y charlaban divertidos. Así que con aires malhumorados salí de la sala tras Kate.
- ¿Te ocurre algo, cielo?-me preguntó Kate, colocándose a mi altura.
- Oh, no, no es nada. No te preocupes.
- Yo también he sido joven, querida, recuérdalo. Y conozco esa mirada… Y ese estado de ánimo. Pero yo si fuera tú estaría muy tranquila… Michael te adora. Y lo seguirá haciendo.
- ¿Incluso si aparece una chica con apariencia de ángel? –suspiré.
- Esa chica apareció hace mucho, y eres tú. Michael no tiene ojos para otra.
- ¿Entonces solo la mira constantemente de esa forma por cortesía? –ironicé-. Es evidente que Michael está interesado en la conversación que está manteniendo con ella.
- Son amigos desde pequeños, y hacía mucho que no se veían, eso es todo. A Michael no le gusta Natalie.
- ¿Cómo no le va a gustar si me gusta hasta a mí? ¿Te has parado a observar lo maravillosamente vestida que iba? Y yo con mis cochambrosos pantalones. Lamentable.
- ¡No digas eso! –Rió- Y confía en mí, soy su madre, le conozco. Michael no tiene ningún tipo de intereses en Natalie.
- ¿Podrías afirmar que Natalie tampoco está interesado en él?
Kate sonrió.
- No, pero eso no es asunto tuyo, ni siquiera de Michael. Tienes que confiar en él -se detuvo y aferró mis manos mirándome fijamente-. Jamás le había visto tan feliz como ahora, y eso es porque te tiene a ti al lado. Así que prométeme que vas a exhibir tu estupenda sonrisa durante todo el día. Eres preciosa y nada inferior a Natalie, ¿me oyes? No lo olvides.
Continuó caminando hacia la cocina pero no soltó mi mano; no acerté si lo hizo para darme seguridad o para evitar que me quedara clavada en el lugar. Nunca había tenido excesiva confianza en mí misma. No es que me creyera inferior a los demás, es que consideraba que no tenía nada de especial, y desde luego nada por lo que Michael pudiera fijarse en mí. Siempre lo había creído así, y por tanto alguien como Natalie suponía una seria amenaza.
Toda la euforia que se había apoderado de mí desde primera hora de la mañana había desaparecido, y me encontraba tan apagada que de lo único que tenía ganas era de meterme en mi cama y compadecerme de mí misma,  y sin embargo tenía que aguantar una comida que no hubiera deseado ni a mi peor enemigo. Perfecto.
Escuché como Kate les explicaba rápidamente a las cocineras qué era exactamente lo que quería, y en un par de minutos habíamos salido de allí para dirigirnos de nuevo hacia la sala dónde se encontraban todos.
Cuando entramos la escena no había cambiado. Joseph continuaba hablando con el matrimonio y Michael y Natalie se encontraban apartados, también charlando. Dirigí un par de miradas para comprobar que todo seguía como lo había dejado y al instante bajé la cabeza, quedándome alejada de ambos grupos.
- Podemos irnos sentando, en menos de diez minutos lo tendremos todo listo –sonrió Kate.
- Vaya, ¡qué rapidez! –exclamó Michelle.
Sin apenas darme tiempo para seguir odiando todo lo que tenía alrededor, Michael se colocó junto a mí y apoyó sus labios en mi frente, sin decir ni hacer nada. Bajé la cabeza aún más y entonces me retiró el pelo hacia atrás.
- ¿Estás bien, pequeña? –susurró tan tierno como siempre.
- Sí –me limité a decir.
Se colocó detrás de mí y me abrazó tan fuerte como le fue posible, colocando su cabeza sobre mi cuello.
- No aguanto que me hables con monosílabos y lo sabes. ¿Seguro que no pasa nada?
- Seguro, Michael. Todo está bien.
Sabía que Michael sabía que me pasaba algo. Pero también sabía que él sabía que ahora mismo no saldría nada de mi boca y tendría que conformarse con esos monosílabos que tan poco le agradaban. Que se aguantara, eso le pasaba por interesarse por la chica-diablo. Ahora le castigaría con mi fina indiferencia.
- Pues sonríeme un poco, anda… Sé que este no es el día que te hubiera gustado, pero cuando acabemos de comer te prometo que hacemos lo que quieras. Charla un poco con Natalie, es genial, seguro que te encanta –me aparté de él y le miré con cara de pocos amigos-. ¿Qué? –preguntó sin entender.
Me mordí el labio y decidí callarme. No era justo enfadarme con él, porque no tenía culpa de nada, así que le di un tímido beso y me guardé los pensamientos bajo llave.
- Nada. A comer –sonreí como pude.
Cuando llegamos a la mesa ya estaban todos sentados, y Michael me ofreció el sitio contiguo a su madre, quedando él frente a Natalie, hecho que no me sorprendió. Sonreí ante lo absurdo de la situación y decidí no hacer ni el más mínimo caso a lo que sucedía a mi alrededor. Me pondría a repasar la lista de la compra o cantaría para mí misma. Y que el resto del mundo hiciera lo que quisiera.
Poco me duró la alegría, apenas cuarto de hora, ya que una vez servida la comida, de repente, todos parecían interesarse por mi vida.
- Bueno, Judith, cuéntanos un poco de ti. Queremos saber cosas sobre la novia de nuestro joven Michael –sonrió Will.
- Pues… Soy española, y apenas llevo unos meses aquí. Vine por pura cabezonería, la verdad, siempre me ha parecido un lugar interesante y me empeñé en venir. Sí o sí, no había una tercera opción –miré de reojo como Kate sonreía ante mis palabras-. Y aquí sigo. La verdad es que me ha ido muy bien desde el primer día que llegué aquí.
- Y que lo digas –dijo de pronto Natalie, con una sonrisa tan poco cargada de simpatía como de amabilidad-. Estás saliendo con unos de los peces gordos del panorama. Si creyeras que te va mal es para matarte.
Por si había alguna duda, ya sí me había quedado claro que esta chica no quería continuar con su vida, me estaba pidiendo a gritos que acabara con ella. ¿Quería guerra? Bien, la tendría.  Pero guerra limpia, además, le daría mucho uso a mi gran don de la palabra si es lo que quería. Y luego, al cabo de media hora, le clavaría el tenedor.
- Descuida, jamás oirás tal cosa de mi boca. De hecho, no sé si a alguien le puede ir mejor. Tengo un trabajo que me encanta, una familia que me apoya en todo, unos amigos estupendos y un novio perfecto –la miré y sonreí. Judith 1, Natalie 0.
- ¿En que trabajas? –preguntó Michelle.
- Trabajo en una pequeña guardería. Y lo adoro, la verdad. Estoy muy contenta.
- Y los niños con ella –añadió Michael-. No veis lo bien que se entiende con ellos –me miró y sonrió. Parecía orgulloso.
- ¿Y cómo os conocisteis? –preguntó de nuevo Will.
- Um… Interesante pregunta. No sé si decir que fue gracias a mi hermano Jermaine o por culpa de mi hermano Jermaine –rió Michael, provocando también una gran sonrisa en mí-. Judith tuvo una especie de accidente con Jermaine mientras él iba con el coche. Ese es el resumen.
- Muy oportuno, Jermaine, ¿no, Judith? –volvió a añadir Natalie-. Quién te iba a decir que ibas a conocer a Michael Jackson a través de un accidente. El lugar justo en el momento adecuado. Vaya suerte –exclamó irónica.
Pude ver las miradas de reproche que la lanzó su madre. Si la chica-diablo era una señorita en condiciones, desde luego no lo estaba demostrando.
Michael aferró mi mano y le miré, a punto de estallar. Me pidió calma con la mirada y yo se la aseguré con la mía.
El tenedor. Y el cuchillo como no se callara. Eso la iba a clavar.
- En realidad… No fue nada grave –dirigí mi mirada hacia sus padres, que se mostraban mucho más agradables conmigo, e ignoré la presencia del diablo-. Sólo fue un golpe.
-Este Jermaine, siempre a lo loco –sonrió Will-. Pero por lo menos sirvió para que os conocierais.
- Sí, la verdad es que casi hasta le di las gracias –sonreí.
- Claro –sonrió Natalie. La miré de tal forma que Michael sostuvo con más fuerza mi mano, pero la calma ya se me estaba agotando; y la paciencia también-. ¿Sabes, Michael? Eres tú el que tiene mucha suerte en realidad. Con toda la cantidad de don nadies que hay por ahí intentando cazar a algún famosillo ingenuo, y tú has dado con alguien que no es así. Qué afortunado eres –sonrió, alcanzando el colmo de la ironía.
Me levanté lo más educadamente posible y miré a Joseph, que tenía una expresión tan extraña como indescifrable. No logré saber si le resultaba agradable esa situación o si por el contrario le pareció de lo más equivocado por parte de Natalie realizar esos comentarios.
- ¿Me disculpáis? Tengo que ir al baño.
Caminé deprisa con la intención de llegar al cuarto de baño antes de que explotara y soltara la cantidad de groserías que, por otro lado, la chica-diablo se merecía escuchar. Sin embargo Michael me detuvo a los pocos pasos de abandonar la mesa, cuando ya nadie podía vernos.
Ojalá no hubiera hecho eso. Porque ahora lo iba a pagar con él.

3 comentarios:

  1. Aawww! Awwww! ME ENCANTÓ!

    No sabes lo feliz que fuí al ver que habías actualizado! *-*

    Me fascinó el capítulo, en realidad.. me fascina tu forma de escribir Judi, me haces reír mucho :'D y le das un toque agradable a todo el drama/romanticismo.
    Pero esa Natalie ¬__¬ ! Ahora a Michael le caerá su gritón.. oh my God! muero por saber qué sigue.

    Ya no se encuentran novelas tan originales, sacados de la magia propia. Me encanta... y me encanta, es lo único que puedo decir!

    Me alegro que ya hayas terminado con todo! en serio, mereces todo lo bueno.. de acá te mando mis buenas vibras :)

    Un beso enorme para ti!
    I Love you more (LL)

    Tati.
    (Si, en otra cuenta!)

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  2. Hola! Llevo siguiendo tu novela desde el principio... pero por una razón u otra nunca me lancé a comentar...

    Bueno pues solo decirte que me fascina tu forma de escribir, y que este último capítulo ha sido increíble! (Como todos, por otra parte)
    Estoy expectante por ver lo que pasa con Natalie (Dime que Judi acabará clavándole un tenedor)

    Besos, y nunca dejes esto, porque se te da infinitamente bien!

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  3. Esta buenísima! Todavía no puedo creer que la hayas retomado, hace tanto tiempo esperaba nuevos capítulos, graciaaaaaaaas!!! ahora mismo me voy a leer el 73 =)

    Anita

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